Santo Domingo.- La alta temperatura que se registra en el mar Caribe entre los meses junio y agosto está ligada al aire cálido procedente del desierto del Sahara, en África, y de América del Sur.

Todo este aire converge en el Caribe en forma de caldero, por lo que los residentes en las naciones de la región sufren la consecuencia de este fenómeno, que altera la temperatura y provoca la formación de tormentas, tanto en el este del Atlántico como en el Golfo de México.

Gracias al aire fresco que llega del norte, los residentes en las naciones caribeñas podemos, al menos, “dormir tranquilos”.

Este ambiente cálido se concentra en zonas donde la naturaleza ha resultado más golpeada por la mano del hombre, es decir, en lugares de notable deforestación.

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El Caribe se encuentra en una zona propicia para que ocurra dicho caldero, ya que, con la ruptura ocurrida hace 150 millones de años, que puso fin a la unión de esta corriente marina con el océano Atlántico, la región quedó atrapada por el aire caliente de África y Sudamérica.

Este lunes se registró una temperatura de 29 grados Celsius en el Caribe, una escala suficiente para la formación de un huracán.

Mientras, la temperatura en el Atlántico se registraba en 25 grados, lo que significa que la misma no llega a los 28 grados que se requiere para que se forme una tormenta de ese tipo.

El calor es determinante para la formación de ciclones tropicales, por lo que un aumento en la temperatura del océano constituye el mejor combustible para que se registren tormentas de alto calibre.

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