Qué es
La uretritis es una inflamación de la uretra, que es el conducto que lleva la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo. Generalmente está causada por una infección y lo más habitual es que sea de transmisión sexual. Por eso, la edad de mayor incidencia se sitúa entre la pubertad y los 50 años.

Se caracteriza por molestias en la zona genital y cursa con la aparición de una secreción de líquido por la uretra, explica a CuídatePlus José Medina Polo, miembro de la Sección de Infecciones Urinarias de la European Association of Urology (ESIU) y de la Asociación Española de Urología.

Causas
El contagio se produce a través de las relaciones sexuales. Puede presentarse tanto en hombres como en mujeres sin que haya mayor frecuencia en ninguno de los sexos.

Síntomas
La uretritis produce principalmente escozor, picor o dolor en la zona de la uretra y puede presentar también una secreción con diferente coloración fuera de la orina. Esta sustancia que se segrega, de aspecto mucoso o purulento, puede presentar olor y su aparición ayuda en la detección de la uretritis.

En ocasiones pueden aparecer adenopatías (bultos) en la ingle o pequeñas heridas en la zona genital.

La uretritis puede ser más difícil de diagnosticar en las mujeres, ya que puede cursar asintomática, aunque se presenta como una secreción diferente a las habituales. “A veces se asocia con inflamación vaginal (vaginitis) o con inflamación del cuello del útero (cervicitis). En los hombres es más típica la clínica en la uretra, con una sensación de escozor o una pequeña inflamación en el meato urinario, en la salida de la uretra. Es muy característica la secreción como mucosa o purulenta”, añade Lorena Fernández Montarroso, uróloga del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid.

“Los gérmenes que producen la uretritis, en función del tipo de relación sexual, también pueden producir afectación ano-faríngea”, apunta Medina. En estos casos se pueden producir lesiones en la mucosa de la faringe o del ano causadas a partir de las mismas bacterias que la uretritis.

Y aunque es muy poco frecuente, según Fernández, también se pueden producir síntomas de uretritis sin que sea infecciosa en el contexto de enfermedades autoinmunes.

Prevención
Para prevenir la uretritis, Medina recomienda el uso de métodos de barrera en las relaciones sexuales, como el preservativo. En cualquier caso, hay que recordar que el preservativo es muy útil pero no previene todas las infecciones de transmisión sexual: “Hay infecciones que se pueden encontrar en la piel, en zonas no cubiertas por el preservativo, y que pueden transmitirse”, explica Medina.

Así, si no se tiene una pareja estable es conveniente evitar las relaciones con parejas de riesgo y, ante la sospecha de una infección, o ante la aparición de molestias en la zona genital o secreción uretral, es muy importante consultar con el médico.

Tipos
Las uretritis se clasifican en función de su causa. Se distinguen tres tipos:

Gonocócicas, producidas por la gonorrea.

No gonocócicas. En este tipo los principales agentes involucrados son la clamidia o el mycoplasma.

No específicas, que son aquellas que no tienen una causa conocida.

Fernández añade que es muy importante diagnosticarla en las mujeres los casos producidos por la chlamydia trachomatis (la bacteria que causa la clamidia) “ya que en países no desarrollados sigue siendo una causa de transmisión maternofetal y de ceguera en el neonato”.

Algunos casos, los menos, pueden ser producidos por un virus, como el del herpes simple o el adenovirus.

Diagnóstico
La detección de la uretritis se realiza a partir de los síntomas que presenta el paciente. No obstante, también se lleva a cabo la detección a través de métodos de cultivo que se realizan a partir de una muestra de la uretra o de la secreción para detectar el germen. “Al cultivarlo se puede observar en el microscopio los gonococos, bacterias que se encuentran dentro de la célula”, afirma Medina.

En el caso de que se trate de una infección no gonocócica, el exudado y el posterior análisis por PCR, ayudará a detectar el microorganismo causante.

“Muchas veces para realizar el diagnóstico se plantea el tratamiento en función de la clínica”, dice Medina. Una vez recogida la muestra puede ya pautarse el tratamiento, añade Fernández, “para evitar que los síntomas aumenten y para evitar contagios”.

Si la infección no se diagnostica o no se trata, porque cursa asintomática o porque los síntomas duran sólo unos días, puede producir complicaciones. “En el caso de los hombres la infección puede extenderse y producir epididimitis, prostatitis e incluso obstrucción de los conductos deferentes, y en las mujeres, enfermedad pélvica inflamatoria, que puede llegar a causar infertilidad por obstrucción tubárica”, entre otros problemas, explica Fernández.

Asimismo, en los hombres con uretritis, el hecho de no tratarla o no hacerlo pronto, la infección puede producir cicatrices en la uretra, que tiende a retraerse y causar estenosis de la uretra. Este problema se agudiza, además, si la infección está causada por la neisseria gonorrhea.

Tratamientos
El tratamiento de la uretritis se realiza con antibióticos. La terapia de elección dependerá de la bacteria causante de la infección por transmisión sexual. “Solemos recomendar ceftriaxona y azitromicina en los casos de uretritis gonocócicas. En los casos de uretritis no gonocócicas para tratar los gérmenes más frecuentes, la clamidia y la mycoplasma, utilizamos azitromicina y doxiciclina”, explica Medina.

Como se consideran infecciones de trasmisión sexual es muy importante tras el diagnóstico de la uretritis, estudiar y tratar a la pareja sexual del paciente. No obstante, la infección puede ser asintomática en algunos casos por lo que puede “que la pareja sexual haya tenido ya la infección pero se haya resuelto”. Y es que hay veces que se resuelve espontáneamente sin necesidad de tratamiento. Hay que recordar, sin embargo, que aunque la infección curse sin síntomas eso no impide que se pueda transmitir, y de ahí la importancia de realizar un tratamiento.

La terapia antibiótica suele tener una eficacia por encima del 95% de éxito. “Hay algunos casos que pueden evolucionar hacia la cronicidad o dar síntomas más agresivos, pero esto es más frecuente en personas que no han recibido tratamiento”.

Otros datos
Pronóstico y complicaciones
En términos generales, la uretritis suele resolverse bien con el tratamiento correcto. En el caso contrario, pueden surgir complicaciones graves, como la extensión de la infección a otras partes del sistema urinario o una estenosis uretral tras la formación de cicatrices en la uretra. En las mujeres, el mayor peligro es el desarrollo de una cervicitis o una enfermedad pélvica inflamatoria, que es una infección de los órganos reproductores femeninos (endometrio, trompas de Falopio y ovarios) que puede afectar a la fertilidad.

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