El hipotiroidismo y el hipertiroidismo son dos de las enfermedades más frecuentes relacionadas con la tiroides. Está glándula resulta fundamental para la producción de hormonas tiroideas, encargadas de, entre otras funciones, la regulación del metabolismo.

Con forma de mariposa, la glándula tiroides es aquella que se localiza en la parte central del cuello y que se encarga de la producción de hormonas tiroideas. Estas hormonas participan en la mayor parte de las funciones corporales y en la regulación del metabolismo. “Existen numerosas enfermedades y trastornos capaces de afectar la glándula tiroides, causando la producción excesiva o insuficiente de esas hormonas que el cuerpo necesita. Esto, a su vez, puede causar otros problemas en otras regiones”, informan desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

En este punto, dos enfermedades relacionadas con esta glándula, que por la semejanza de sus nombres pueden prestarse a la confusión, son el hipotiroidismo y el hipertiroidismo. En el Día Mundial de la Tiroides, CuídatePlus hace un repaso de las diferencias entre ambas patologías.

Por una parte, el hipotiroidismo es consecuencia de la insuficiente producción y liberación de las glándulas tiroideas. Se trata de uno de los trastornos endocrinos más frecuentes, especialmente en mujeres y en mayores de 60 años. Se estima que hasta un 5% de la población va a sufrir esta afección a lo largo de su vida.

El síntoma más característico del hipotiroidismo es el cansancio, pero desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) apuntan también los siguientes:

Dificultad para respirar con el ejercicio.

Facilidad para sentir frío.

Estreñimiento.

Piel seca y gruesa.

Hinchazón de la cara, manos, pies, lengua o cuello (bocio).

Cabello áspero que tiende a la caída.

Pérdida de parte del pelo de las cejas.

Uñas quebradizas.

Ciclos menstruales irregulares.

Aumento de peso.

Voz ronca.

Descanso irregular con tendencia al sueño durante el día.

Dificultad para pensar.
“El coma mixedematoso es la situación más grave, ya que puede llegar a ser mortal. Afecta fundamentalmente a pacientes ancianos que han suspendido su medicación, y es más frecuente durante el invierno. Hay que sospecharlo cuando se altera el estado mental (por ejemplo, con pérdida del conocimiento) o cuando hay hipotermia (temperatura corporal baja) y avisar inmediatamente a los servicios de emergencias”, explica María Teresa Pérez Sanz, especialista en Medicina Interna en el Hospital Isabel Zendal en la guía Comunicar Salud, lanzada por la SEMI.

La experta indica que el déficit de yodo es la causa más frecuente de hipotiroidismo, aunque un exceso de yodo también puede ser el responsable: “La mejor manera de asegurar una ingesta adecuada es utilizando sal yodada para la alimentación. Las mujeres embarazadas suelen requerir un suplemento de yodo mientras dura el embarazo”.

Tras el diagnóstico, “es muy importante tomar la medicación pautada”, afirma Pérez, quien recomienda evitar el frío extremo para reducir el riesgo de coma mixedematoso.

Por su parte, en el hipertiroidismo el problema es el exceso de producción de la hormona tiroidea. Es menos común que el hipotiroidismo y, según la SEORL-CCC, puede causar cambios de humor, ansiedad, fatiga y palpitaciones del corazón. Para abordar esta afección, es necesario seguir una medicación específica durante varios meses. Si en este periodo el paciente no se ha curado, hay otros tratamientos, como la administración de yodo 131.

Hipotiroidismo, hipertiroidismo y la fertilidad
El correcto funcionamiento de la glándula tiroidea es fundamental, entre otros, para la fertilidad y el embarazo. «Cuando hablamos de hiper o hipotiroidismo, con frecuencia observamos alteraciones en el ciclo menstrual de la mujer que en ocasiones llegan a producir ciclos anovulatorios. Esto provoca mayor dificultad para conseguir una gestación de forma espontánea», destaca Paula Celada, ginecóloga de la Clínica de Fertilidad y Reproducción Asistida IVI Valencia.

Asimismo, el correcto funcionamiento de la glándula tiroidea afecta a la gestación. En este sentido, “el hipotiroidismo no tratado se asocia con una mayor tasa de aborto, desprendimiento prematuro de placenta, preeclampsia o bajo peso de estos niños cuando nacen. También hemos visto una asociación entre hipotiroidismo y neurodesarrollo fetal”, añade Celada.

Aunque esta afección sea más común entre las mujeres, el hipotiroidismo también afecta a los hombres. En estos casos, tiene consecuencias sobre la calidad del esperma, pudiendo alterar la morfología del espermatozoide y su movilidad. Todo ello disminuye la fertilidad masculina.

Para el diagnóstico de las enfermedades de la tiroides, es importante realizarse un análisis de sangre que determine si existe alguna anomalía en la actividad de la glándula tiroidea, bien por exceso o bien por defecto de funcionamiento.

“Con frecuencia la sola normalización de la función tiroidea devuelve la fertilidad a las pacientes. En caso de que existiese algún problema adicional de fertilidad o no se consiguiera una normalización del ciclo ovulatorio, con tratamientos de reproducción asistida como la inseminación artificial o la fecundación in vitro será posible conseguir una gestación”, resalta la especialista.

En cuanto a los problemas de fertilidad masculina, técnicas como la fecundación in vitro con ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides) pueden ser la solución, permitiendo la selección de los mejores espermatozoides para fecundar los óvulos.

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