Muchas veces no sabemos decir que no o no lo hacemos porque pensamos que vamos a herir a la persona que tenemos delante y que nos importa. Esta técnica, muy sencilla, te ayudará a hacerlo sin sentirte mal.

Si eres de los que no sabe cómo decir que no o de los que siempre pone excusas que suenan a mentira para decir que no, no te preocupes porque no eres el único ya que, tal y como apuntan los psicólogos es algo más habitual de lo que pensamos. Y es que tendemos a decir que sí por miedo a la reacción del otro sin pensar en lo que nos apetece o nos gustaría hacer a nosotros.

Como apuntan los expertos del Centro de Psicología de Madrid, “los motivos que tienen estas personas para no decir que no son muy variados, pero suele haber algo en común y es la infravaloración de las propias opiniones, necesidades y deseos. De hecho, a veces ni siquiera llegan a ser valoradas antes de aceptar la propuesta o la petición del otro. Es como si no existieran”.

Pero ¿hasta qué punto es bueno no de decir que no o, visto de otra forma, decir siempre que sí? Como explican desde el centro de psicología “a un plazo muy corto, las consecuencias de esto son muy positivas ya que nos sentimos muy bien ayudando al otro y haciendo lo que consideramos que es nuestra obligación”. Sin embargo, apuntan, “en cuanto salimos de este plazo aparece el malestar que se transforma en baja autoestima, sentimiento de soledad y de vacío, debido a que priorizamos los deseos y necesidades de los demás, dejando los nuestros aparcados”. Por esto es tan importante decir no cuando no queremos hacer algo.

La técnica infalible para decir que no
Aunque es bueno y sano decir que no cuando no queremos hacer algo y priorizarnos a nosotros por encima del resto, la realidad es que no siempre es tan fácil como pensamos. Como recuerda Ana Belén Medialdea, psicóloga, “una de las claves para cuidar nuestra salud mental y evitar que el estrés nos invada es pensar en nosotros, aunque sea un ratito al día”. Su primer consejo para lograrlo es “buscar cinco minutos para sentarnos en el sofá y dejar de hacer cosas productivas durante ese tiempo”. Al principio, asegura, “es difícil pero luego nos damos cuenta de que es algo necesario en nuestro día a día”. Tanto o más como aprender a decir que no.

Aprender a decir que no nos ayuda a estar mejor con nosotros mismos porque nos damos prioridad pero “muchas veces nos cuesta hacerlo y dar el paso”. Para lograrlo Medialdea tiene un truco muy sencillo que es utilizar la “técnica del sándwich”.

Esta técnica es tan sencilla como decir que no pero de una forma elegante a alguien que te importa, “de forma que la persona que recibe el no no se siente rechazada”. Esta técnica es como un sándwich, es decir, que tiene dos panes y el relleno. “La idea es empezar la frase con un mensaje positivo, en medio dar la negativa y terminar con otro mensaje positivo”. Así, a modo de ejemplo, “si alguien te invita a merendar puedes comenzar diciendo que agradeces el ofrecimiento pero hoy no puedes pero que en otra ocasión te encantaría volver a retomar la cita”.

Es una forma sutil que hace que la persona que recibe el no, no se sienta rechazada. Además, asegura, “hace que nosotros nos sintamos bien también”. La idea es «empezar y terminar en positivo”.

Otra forma de sentirnos mejor con nosotros mismos es “evitar irte a la cama sin haber hecho algo que te haya gustado, desde jugar con nuestros hijos, ver una película, ir al gimnasio o quedar con los amigos”. Esto, asegura, “nos ayuda a desconectar y a generar placer en el día”.

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