El 19 de mayo, el pueblo dominicano se prepara para un trascendental ejercicio democrático: elegir a sus nuevas autoridades presidenciales y congresuales. Este proceso se desarrolla en un contexto donde las redes sociales y las tecnologías comunicacionales, incluida la innovadora Inteligencia Artificial (IA), juegan un papel crucial en la campaña electoral.

Este será el decimoséptimo proceso electoral a nivel presidencial que se realizará en la República Dominicana, tras la caída de la tiranía trujillista.

Desde el 20 de diciembre de 1962, fecha en que se celebraron las primeras elecciones libres del país hasta la actualidad, son muchas las tensiones e incertidumbres que el pueblo dominicano ha tenido que atravesar a lo largo de su historia.

El primero de esos procesos electorales tuvo como principales contendores al profesor Juan Bosch, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), y a Viriato Fiallo, líder de la Unión Cívica Nacional (UCN) y representante de los grupos más conservadores del país.

Entre linchamientos de «calieses» o remanentes del trujillismo por parte de una masa iracunda y reprimida de libertad durante años, así como las ansias de un nuevo modo de vida más libre y democrático, Bosch, quien se hacía llamar «el candidato de la libertad», resultó ser el ganador con el 58% de los votos, mientras que Fiallo solo logró el 30% del electorado.

Pero esa victoria de Bosch duró poco, pues solo pudo permanecer siete meses en el poder debido a un golpe de Estado que posteriormente instauró un Triunvirato, lo que a su vez trajo inestabilidad política al país y condujo a una revuelta entre constitucionalistas y antiboschistas que finalmente precipitó una intervención militar por parte de Estados Unidos.

Los Doce Años

En medio del caos, ambos bandos enfrentados acordaron celebrar nuevas elecciones el 1 de junio de 1966. En esta ocasión, Joaquín Balaguer se presentó como «el candidato de la paz» contra un Bosch limitado para hacer campaña electoral, pues todavía parte de las tropas norteamericanas permanecían en el país.

Balaguer se alzó con la victoria con el 57% de los votos; mientras que Bosch solo obtuvo el 36%. A partir de ahí empezarían los llamados «Doce Años» que se caracterizaron por la influencia de la «Guerra Fría», el terrorismo de grupos de izquierdas y el terrorismo de Estado.

Durante ese periodo, el PRD se abstuvo de participar en las elecciones de 1970 por considerar que no había un clima favorable para la democracia. Lo mismo ocurrió en 1974, cuando Antonio Guzmán decidió no asistir al balotaje un día antes de la celebración por creer que la Junta Central Electoral (JCE) no daba garantías de una contienda justa.

Es por eso que Balaguer se impuso con un 57% contra su antiguo vicepresidente, Francisco Augusto Lora, del Partido Revolucionario Social Cristiano, quien alcanzó el 20% de los votos. En 1974, logró aplastar con el 84% de los votos a Homero Lajara Burgos, del Partido Demócrata Popular, quien obtuvo solo un 14%.

La Era del PRD

No obstante, el 16 de mayo de 1978 Balaguer no pudo retener el poder, pese a la turbulencia desatada por parte de miembros de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, quienes con pañoletas rojas asaltaron recintos electorales y amenazaron con desconocer la voluntad popular.

La presión internacional, encabezada por el presidente estadounidense Jimmy Carter, así como la determinación de los opositores políticos, obligaron al caudillo colorado a aceptar la derrota y entregar la banda presidencial al empresario Antonio Guzmán Fernández, quien iniciaría una serie de medidas liberales, como la amnistía a los exiliados y perseguidos políticos que adversaban a Balaguer.

En esas elecciones, Guzmán obtuvo el 52% de los votos y Balaguer logró alcanzar el 42%.

Posteriormente, el líder reformista fue calificado como «muerto político», pues también fue derrotado cuatro años después (en 1982) por Salvador Jorge Blanco, quien alcanzó el 46% de los votos. Allí Balaguer solo obtuvo un 38%, mientras que Bosch quedó en tercer lugar, con un 9%.

Sin embargo, el «vuelve y vuelve» seguía sonando con el pasar de los años, pues debido a la crisis social y económica que se produjo durante el Gobierno de Jorge Blanco, más las divisiones internas del PRD y la falta de apoyo hacia su candidato, Jacobo Majluta, Balaguer resucitó como el «Ave Fénix».

Para sorpresa de todos, en mayo de 1986 Balaguer regresó al poder en unas elecciones bastante apretadas, pues el líder reformista logró un 41%, mientras que Majluta obtuvo el 39%, básicamente un empate técnico.

Los diez años de Balaguer

Contrario a sus primeros períodos presidenciales, un Balaguer enfermo y con discapacidad visual gobierna el país, lo que no evitó que aprovechara las divisiones del PRD y los procesos judiciales que se ejecutaban contra Jorge Blanco y varios de sus funcionarios.

En ese ambiente cobra fuerza el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), la entidad política fundada por Bosch en 1973, tras su salida del PRD.

Bosch y Balaguer se enfrentaron de nuevo en 1990 tras décadas de rivalidades políticas. Era la primera vez que Bosch tenía posibilidades de volver al poder después de las elecciones de 1966, donde resultó derrotado.

La polarización entre el PRSC y el PLD era tal que ambos seguidores estaban dispuestos a defender los votos en el terreno que fuera. Así pues, los resultados llegaron y dieron nuevamente ganador a Balaguer, con un 35% de los votos, mientras que Bosch logró un 33%. Apenas un dos por ciento de diferencias.

Tras este proceso electoral, el PLD tuvo problemas internos que mermaron su popularidad y logró sacar a flote al PRD nuevamente, esta vez capitaneado por José Francisco Peña Gómez.

Tanto en 1986 como en 1990, Balaguer había superado a sus contendores con un mínimo de dos por cientos de diferencia. La gota que rebasó la copa ocurrió en 1994 cuando superó a Peña Gómez por un 1% de los votos.

Contrario a 1990, Peña Gómez recurrió a todas las instancias y una ingobernabilidad política se había establecido. Es por eso que surge el denominado «Pacto por la Democracia» que acortó el período presidencial de Balaguer a dos años, permitiendo la celebración de nuevas elecciones en 1996 en las que este no pudiera postularse nuevamente.

El acuerdo estableció, además, la separación de las elecciones municipales y congresuales, que serían en mayo de 1998; prohibir la reelección en dos períodos consecutivos y establecer la segunda vuelta si ningún candidato obtenía más del 50 por ciento de los votos, así como reformas al sistema judicial.

El Frente Patriótico

Peña Gómez estaba seguro de que ganaría la contienda electoral de 1996, pues ya no competía contra Balaguer sino contra Jacinto Peynado. También había entrado en escena un tal Leonel Fernández, quien había sido compañero de boleta vicepresidencial de Bosch en 1994.

Sin embargo, Peña Gómez estaba equivocado ya que para ganar había que alcanzar el 50% +1 de los votos, lo que no logró al obtener solo el 45%. Leonel quedó en un segundo lugar con un 38%, mientras que Peynado obtuvo un 15%.

Por primera y única vez hasta la fecha, el destino presidencial se iba a decidir en una segunda vuelta, lo que culminó con la victoria de Leonel en 1996, quien sacó un 51% ante un 48% de Peña Gómez.

Cuatro años más tarde y al estar prohibida la reelección, Leonel no se postuló a la candidatura presidencial; y en su lugar, Danilo Medina aspiró por el PLD contra Hipólito Mejía, del PRD.

En esa ocasión, Hipólito alcanzó el 49% de los votos contra un 24% de Danilo, lo que pudo conducir a una segunda vuelta.

No obstante, al no recibir apoyo de Balaguer, quien quedó en tercer lugar, Danilo prefirió no acudir a otro proceso electoral para que la JCE diera como ganador a Hipólito Mejía.

La Era del PLD y el inicio de Abinader

Tras la reforma constitucional para quitar la prohibición a la reelección, Hipólito decidió participar en 2004 a la contienda electoral, esta vez contra Leonel Fernández, quien pudo vencer debido a la crisis económica que imperaba en el país por la quiebra de los tres bancos.

Fernández se impuso con el 57% de los votos, contra un 33% que sacó Hipólito. Esto dio inicio a los Gobiernos del PLD que se mantuvieron hasta el año 2020.

Leonel se reeligió en 2008 con el 53% de los votos ante Miguel Vargas Maldonado, que solo logró 40%.

En 2012, Hipólito intentó nuevamente alcanzar el Poder, pero perdió con un 46% ante Danilo Medina, quien logró el 51% de los votos.

En la reforma constitucional de 2010, la reelección presidencial se había prohibido, por lo que Danilo, para poder aspirar en 2016, tuvo que reformarla nuevamente en 2015. Es así que pudo participar contra Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM), una nueva entidad que se había desprendido del PRD por pugnas internas entre Hipólito Mejía y Miguel Vargas.

En ese proceso electoral, Danilo sacó el 62% de los votos; en tanto que Abinader obtuvo el 34%.

Las últimas elecciones fueron en 2020, definidas como excepcionales, pues se realizaron en medio de la pandemia Covid-19 y la suspensión de las elecciones municipales de febrero.

Tras 16 años de gobiernos peledeístas y la división interna de ese partido entre Leonel y Danilo, Abinader emergió como el nuevo presidente de la República al vencer con el 52% de los votos al oficialista Gonzalo Castillo, quien sacó un 37%.

Pese a que en estos cuatro años de Gobierno ha tenido que enfrentar la crisis post pandémica y la guerra ruso-ucraniana, Abinader busca repetir otro mandato presidencial contra el tres veces presidente de la República, Leonel Fernández, y el candidato por el PLD, Abel Martínez.

Este 19 de mayo, la suerte está echada y la República Dominicana podrá vivir su decimoséptimo certamen electoral, en tiempos de una evolutiva y más madura democracia.

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