Rusia anunció hoy que comenzará desde el viernes a retirar sus tropas cerca de la frontera con Ucrania dando por terminadas unas maniobras militares que preocupaban a Occidente, una decisión celebrada por Kiev.
En otra muestra de aparente desescalada, el presidente ruso, Vladimir Putin, se dijo dispuesto a recibir «en cualquier momento» a su par ucraniano, Volodimir Zelenski, en Moscú para abordar las tensas relaciones bilaterales.
Pero Putin le sugirió que si quiere hablar del conflicto entre las fuerzas ucranianas y los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, lo haga con los dirigentes de las dos repúblicas autoproclamadas por los rebeldes.
La presencia de decenas de miles de soldados cerca de Ucrania –que combate a separatistas prorrusos en el este– había alimentado las tensiones y las críticas recíprocas entre Moscú, por un lado, y los occidentales y la propia Ucrania, por el otro.
La OTAN tomó nota del anuncio de la retirada de los soldados rusos, pero aseguró que permanecerá «vigilante», dijo un responsable de la Alianza.
El presidente ucraniano también se congratuló por la retirada de las tropas rusas, ya que «conduce a una reducción proporcional de la tensión», aunque precisó que seguirá «vigilante».
Kiev había expresado previamente su temor a una «invasión» rusa, aunque el Kremlin aseguró que «no amenaza a nadie».
Moscú aseguró que sus soldados llevaron precisamente a cabo estos «ejercicios» para hacer frente a las provocaciones ucranianas y a las actividades «amenazadoras» de la OTAN en sus fronteras.