¿Un preparado de aceite de oliva y zumo de limón puede ayudar a ‘limpiar’ la vesícula? Esto es lo que dicen los especialistas en aparato digestivo sobre los remedios para evitar tener que pasar por el quirófano.

La vesícula es un pequeño órgano situado debajo del hígado que se encarga de almacenar la bilis, un líquido producido por el hígado que es esencial para la digestión de las grasas de los alimentos. Una de las enfermedades más frecuentes de este órgano es la colelitiasis o litiasis biliar, comúnmente conocida como piedras en la vesícula. Este problema requiere a veces un tratamiento quirúrgico: la extirpación de la vesícula biliar. Afortunadamente, se puede vivir sin vesícula biliar, pero siempre es preferible conservarla.

¿Qué se puede hacer para evitar pasar por el quirófano? Ante todo, prevenir la aparición de piedras en la vesícula. Algunos factores de riesgo de la litiasis biliar, como la predisposición genética, no se pueden evitar, pero otros son modificables. Según la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD), los cálculos biliares de colesterol, que son los más frecuentes, “se producen por alteraciones en el metabolismo que producen la formación de acúmulos del colesterol”. Existen muchas causas que lo favorecen, como la edad, sexo femenino, predisposición genética, pérdida rápida de peso, obesidad, enfermedades hepáticas, dietas ricas en grasas y calorías y algunos medicamentos.

Por lo tanto, la primera medida útil es reducir el consumo de alimentos ricos en grasas saturadas y azúcares, así como de alcohol.

Remedios para ‘limpiar’ la vesícula: ¿funcionan?
Una vez que ya han aparecido cálculos en la vesícula, es preciso recalcar que la cirugía solo es necesaria en algunos casos. De hecho, tal y como afirma la FEAD, “la mayoría de los pacientes (sobre el 80%) con una colelitiasis asintomática y vía biliar normal permanecerán asintomáticos durante toda su vida, por lo que no está recomendada la realización de ningún tratamiento médico o quirúrgico específico, ni tampoco un seguimiento clínico especial”.

En redes sociales y algunas páginas de internet se difunden supuestos remedios naturales alternativos para depurar o limpiar el hígado o la vesícula y librarse de los cálculos. Por ejemplo, se propone ingerir una combinación de aceite de oliva, zumo de limón y ciertas hierbas medicinales. No hay ningún estudio científico que avale estos remedios y, de hecho, abusar de este tipo de preparados medicinales puede tener sus riesgos.

Por otro lado, los médicos y nutricionistas coinciden en señalar que las supuestas limpiezas de hígado y vesícula no sirven para reparar el daño que produce el abuso del alcohol o una mala alimentación. El organismo dispone de sus propios procesos de desintoxicación y lo que hay que hacer es cambiar de hábitos y optar por aquellos alimentos que contribuyen a cuidar estos órganos.

Y, por supuesto, ante la presencia de cálculos biliares, quien debe establecer el tratamiento es el médico. Además, los nutricionistas pueden aportar recomendaciones dietéticas muy útiles.

Tratamiento de las piedras en la vesícula
El tratamiento de los cálculos biliares dependerá de si son sintomáticos o asintomáticos, según aclaran los expertos de la FEAD.

Cálculos asintomáticos
Si las piedras en la vesícula no dan síntomas, se puede seguir una alimentación normal y variada, pero es aconsejable no excederse con alimentos que contengan grasa, ya que pueden favorecer los cólicos biliares. Los alimentos cuya ingesta conviene minimizar (no están prohibidos) son siguientes:

Embutidos y carnes grasas (cordero, cerdo).

Leche entera, mantequilla, margarina, nata, crema.

Flanes, chocolate, pasteles.

Huevos.
Aceitunas.

Frutos secos (nueces, avellanas, almendras, cacahuetes, etc.).

Aceite.

Comidas precocinadas.
Además, se recomienda seguir las siguientes pautas de alimentación:

Seguir una dieta saludable y variada, basada en las pautas de la pirámide de la alimentación saludable.

Evitar las comidas abundantes. Comer poca cantidad y varias veces al día; lo ideal es repartir las comidas en 5-6 tomas.

Comer despacio y en un ambiente tranquilo. Masticar bien.

Reposar sentado hasta media hora después de las comidas principales.
Realizar cocinados sencillos (hervidos, en su jugo, plancha, vapor, horno) y evitar los fritos, rebozados, empanados, salsas, guisos y en general todas aquellas preparaciones que lleven mucha grasa y aceite.
Cálculos biliares que causan síntomas
El cuadro clínico típico de la litiasis biliar sintomática es el cólico biliar, que se manifiesta con un dolor intenso, generalmente continuo, localizado preferentemente en el lado derecho del abdomen e irradiado hacia la espalda y el hombro derecho. También se pueden experimentar náuseas y vómitos.

El cólico biliar se trata con analgésicos. En aquellos pacientes que sufren cólicos persistentes, sobre todo si presentan complicaciones, el tratamiento de elección es la cirugía. Solo en algunos casos muy concretos se plantea el uso de lo que se conoce como tratamiento disolutivo oral con ácidos biliares (ácidos quenodesoxicólico y ursodesoxicólico), ya que su eficacia es limitada.

Las recomendaciones nutricionales frente a los cólicos sintomáticos son algo más complejas y tienen como objetivos primordiales disminuir el dolor y evitar la estimulación de la vesícula biliar. Estas son las pautas que propone la FEAD:

Seguir una dieta saludable y variada, similar a la pirámide de la alimentación saludable.

Evitar las comidas abundantes. Comer poca cantidad y varias veces al día; lo ideal es repartir las comidas en 5-6 tomas.

Comer despacio y en un ambiente tranquilo. Masticar bien.
Reposar sentado hasta media hora después de las comidas principales.

Tomar los líquidos y el agua en pequeñas cantidades (evitando los zumos y las bebidas gaseosas), fuera de las comidas y en cantidad no inferior a 2 litros al día.
Realizar cocinados sencillos (hervidos, en su jugo, plancha, vapor, horno) y evitar los fritos, rebozados, empanados, salsas, guisos y en general todas aquellas preparaciones que lleven muchas grasa y aceite.

Evitar alimentos estimulantes (café, refrescos de cola, alcohol).

Evitar los alimentos que no se toleren bien de forma repetida.

Las legumbres pueden producir gases. Para evitarlo, cambiar el agua de cocción una vez hayan hervido 10 minutos y pasarlas por el pasapurés para mejorar su digestión.

Si no se toleran los cereales integrales, sustituirlos por refinados.
En caso de obesidad, procurar perder peso.
Estos son los alimentos -agrupados por categorías- que, generalmente, son bien tolerados y no producen un estímulo biliar considerable:

Lácteos: Es conveniente que la leche y sus derivados sean semi o desnatados. Quesos frescos y bajos en grasas.

Cereales, legumbres y patatas: patatas, arroz, sémola, pasta, pan, cereales de desayuno, legumbres trituradas y pasadas por el pasapuré.

Verduras y hortalizas: cocidas y sin piel.

Carne, pescado y huevo: carnes magras (lomo, solomillo de cerdo o ternera), aves sin piel, conejo, pescado blanco, huevos, jamón cocido.
Frutas: frutas cocidas en compota, en conserva, muy maduras, sin piel, zumos de frutas no ácidas.

Dulces y bollería: azúcar, miel, confitura sin semillas.

Bebidas: agua, infusiones, caldos desgrasados, batidos realizados con leche o yogur desnatados.

Aceites y grasas: aceite de oliva y girasol en cantidades moderadas.

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