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ESPERANDOLO EN LA BAJAITA. Por Felipe Castro

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Santo Domingo-La mentira tiene un valor ético de mala fama, cuya negatividad, se incrementa dependiendo de la relevancia del emisor. No es lo mismo la mentira de un simple mortal, que las recurrentes mentiras de quien es legatario de la máxima autoridad de una Nación.

El desenmascaro del mitómano, no es ya un asunto de una persona, máxime si el autor de la mentira es el primero entre sus iguales, en tal caso, el ciudadano para desvelar dichas mentiras, lo hace en las redes sociales emitiendo toneladas de videos y declaraciones de las promesas incumplidadas por dicha autoridad, que el común asume como mentiras.

Falsificar la verdad para alcanzar un propósito noble moralmente es aceptable, pero disfrazar la mentira en verdad para investir de esperanza a un conglomerado cualquiera es una perversidad.

el presidente de la republica Luis Abinader arengo a la dirigencia medio y de base del partido revolucionario moderno (PRM) para que como hormigas buscaran los votos, que lo llevaron al poder, en las elecciones de 2020, en epoca de Covid, sin importar poner en peligro sus vidas. Luego de Abinader haber logrado su propósito les aplico a los compañeritos, la teoría de la incompetencia, mediante la exigencia de currículos y perfiles, lo que se traduce en una soberna y desagradable perversidad.

El engaño como filosofía de éxito tiene velocidad de tortuga y su posibilidad de alcanzar la meta es, si sus receptores son fieles exponentes de la ignorancia o tienen linajes de vasallos, de cuyos casos los prmeistas están a años luz de esas cualidades; ya que son de estirpes meramente revolucionario.

En tiempo de campaña el entonces candidato presidencia del PRM, Abinader Corona estimulo a los delegados del PRM, a que defendieran los votos en los colegios electorales; les aseguro que, las credenciales que les acreditaba como delegados, de ganar las elecciones eran pase directo a participar en el gobierno. Esos prmeistas, incluyendo a la dirigencia media y de base, aun están oliendo donde los que trabajaron para que el PRM continuara en la oposición guisan.

Históricamente la falsa verdad tiene como dulce repuesta, el desquite a través del voto de castigo, icono de resarcimiento del espíritu lacerado por la frustración proveniente de las promesas incumplidadas de los que gobiernan. Por suerte, el tiempo es indetenible e implacable y octubre está allí, en la curvita de la Paraguay, donde la dirigencia Wawawa media y de base del partido revolucionario moderno, está esperando la convención pautada para elegir al posible candidato a la presidencia de la republica, único escenario natural de la democracia, que tienen los desamparados del bienestar, producto de las perversas acciones de los que con perfidia ostentan el poder.

Por mala suelte del Cesar, Luis Abinader, emperador del PRM, quien se ha vendido como el cambio; lo que significa que, si busca la candidatura presidencial, tendrá que competir en igualdad de condiciones frente a los precandidatos Guido Gómez Mazara, Ramón Alburquelque y cualquier otro precandidato, ya que el cambio es hacer lo diferente a lo que se hacia en el pasado. La mujer del Cesar, no solo tiene que ser seria, sino que también debe aparentarlo. Allí; en la bajadita lo esperan.

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