Santo Domingo.-El exministro de Hacienda, Donald Guerrero, principal acusado en la investigación del Ministerio Público denominada Operación Calamar, contrató a un lobista estadounidense con la intención de sembrar dudas sobre las motivaciones políticas del proceso judicial.
El objetivo sería elevar hasta Washington las quejas “del tratamiento” contra el exfuncionario y empresario con importantes intereses en Puerto Rico, territorio estadounidense.
Guerrero, quien se encuentra detenido con medida de coerción consistente en 18 meses de prisión preventiva, llegó a un contrato de representación con el exlegislador estadounidense republicano Connie Mack IV.
“Es evidente Yeni Berenice no solo ha abusado de su cargo; sino que ha convertido a la Procuraduría de Persecución de la Corrupción en un arma política “